“Todo el que se arrima al lado mío, tiene BMW o trato de que lo tenga.”
¿Desde cuanto estás vinculado a la marca?
Desde los 17 años después de cursar UTU, estaba obsesionado con BMW. Lo unico que tenía en la mente era BMW. En aquel entonces eran los primeros 1600 –como el 2002 pero 1600– y los veía pasar, pasar pasar, y pasar… lo llevaba en la sangre… hasta que un día, yo dije, bueno ¡quiero ir a trabajar a BMW! Hasta que un amigo vino y me dijo: “bueno yo te voy a decir donde es”. Ya que yo no conocía donde era el lugar, ese amigo me acompañó.
En ese entonces habia unos muritos en la entrada de BMW. Me senté un día a ver pasar los autos, entraban y salían. Hasta que un día dije “yo quiero trabajar acá” , y resulta que durante esa semana estuve cumpliendo las 8 horas sentado ahí, de mañana, me iba al mediodía, volvía de tarde, y bueno, hablábamos con una persona que era capataz de ahí y le decía que queria trabajar ahí. Así estuve un mes, yendo todos los días y yo de ahí no me movía.
Un día estaban cerrando el taller con la cortina. Eran las 7 y media de la tarde y yo no me fui de ahí. Estaba ahí adentro. Entonces el ex-patrón mío (César Rama, ya fallecido) le dice al capataz: “Loco, este tipo está acá, ¡cumple las 8 horas todos los días! Viene de mañana, se va al mediodía, viene de tarde, ¿qué quiere este tipo?”. Y él le contesta: “¡Quiere trabajar acá ¡está loco!”. “Bueno” le contesta el capataz “decile que se vaya o tomalo, ¡hacé algo!”. Eso le dijo al capataz que hoy en día es mi socio y mi cuñado (Julio González).
Entonces se acerca Julio y me dice “¿Usted quiere trabajar acá?”. Y le contesto “¡Sí quiero!”. Me pregunta “¿Tiene mameluco?” y respondo “Sí, tengo mameluco” a lo que me dice “Está bien. Hoy es Jueves. Empieze el Lunes a las 8 de la mañana”. Y yo le digo: “Pero mañana es Viernes, ¿ustedes trabajan?”. “Sí, por supuesto” me dice y le pregunto “¿No puedo trabajar mañana?”. Y me contesta “Empezemos el Lunes” y yo “No, ¡quiero trabajar mañana!” y al fin me contesta: “Bueno, está bien. Empieze mañana”.
Fui ese Viernes a trabajar, y de ahí en mas estuve 14 años trabajando. Me hice amigo de todos. Inclusive me hice un amigo muy grande que fue uno de los mayores que hoy es mi cuñado.
¿Cuál fue tu primer BMW y cuantos tuviste?
Mi primer BMW fue un 2002 del año ‘73, color blanco. Estaba muy nuevito, muy bueno. Se lo compré a un cliente, a un amigo (que en realidad no me acuerdo del nombre). Lo cuidaba mucho. Sabía como estaba y se lo compré a él. Después no recuerdo exactamente cuantos. Ese fue el primero. Fue el único BMW 2002 que tuve. No tuve mas. Después empecé con los 320 E21 en el año 1981… tenía un auto del año 80.
Tuve dos 320 del ‘80, tuve 316, tuve 325i… fueron muchos… no me acuerdo cuantos. Fuí cambiando. Me gustaba mucho cambiar. Hasta el día de hoy que tengo uno que es exclusivo que no lo voy a cambiar nunca más si Dios quiere.
Ahora me estoy haciendo un 2002, que va a quedar muy lindo. Tuvo un golpe, pero fue muy bien reparado, fue poco y la carrocería está muy enterita. Me lo estoy haciendo para mí, para tener un tercer auto de colección, para usarlo con el club y nada más.
¿Por qué BMW?
Si tú me hablás de cualquier marca –porque no es que yo conozca sólo BMW, conozco todas las marcas de autos– me intereso por todas las marcas, pero si yo me siento en un BMW, estoy cómodo y bien. Me siento en cualquier otro auto y no me gustan. Directamente no me gustan. Porque no sé si es de fanático, llamame como vos quieras, mi palabra son las tres letras BMW. Después no me interesa ningún auto.
¿Qué relación tenés con Automecánica Corsa?
Soy uno de los dueños. Hace unos 24 años que estamos con el taller y yo unos 28 que estoy independiente.
A mí no me gustaba mucho que me mandaran. Me gustaba mandarme yo mismo y no me gusta hasta el día de hoy “hacé tal cosa”, entonces un día un amigo que se llama Aldo Dacal que era cliente de BMW, me dice: “Decime una cosa, ¿vos por qué estás trabajando acá?” y yo le contesto “Porque yo gano muy bien y estoy bien acá, estoy cómodo y tengo mis amigos”. Y me dice: “Vos tenés que trabajar por tu cuenta que vas a ganar más plata” y le dije “Tengo miedo de irme sólo porque es bravo”. Y mi amigo me dice “Yo consigo un local, consigo todo. Vos traete tus herramientas, y te ponés a trabajar. Si el primer mes te va mal, yo te doy la plata para cubrir los gastos de lo que vos ganabas. Si el segundo y tercer mes te va mal también… y bueno… y si te sigue yendo mal… tratá de dejarte las puertas abiertas en BMW por las dudas, para que vos te quedes tranquilo.”
Y fue así. Le hice caso. Me insistió tanto que le hice caso. Pero me fui bien de BMW. Tal es así que me dijo mi patrón: “Ya veo que estás decidido a irte. Acá tenes las puertas abiertas. Si hoy o mañana tenés algún problema, volvés tranquilamente. Vos acá sos aceptado, no pasa nada. Andate tranquilo. Si tenés algún problema, me avisás.”
Me fui, y así fue. Tuve algunos problemitas cuando arranqué, pero no de dinero sino de cosas que me han faltado: se me rompieron vidrios de un 2002, una vez se me quemó un encendido electrónico, y ese ex-patrón mío me ayudó con todo eso. El me lo consiguió porque no había. Me ayudó muchísimo. Y así seguí para adelante siempre.
Aldo fue el que me insinuó a todo esto, que hoy por hoy somos muy amigos y seguimos en contacto siempre. Tenemos fotos de los diarios de las “6 Horas” y demás de esa época y muchos recuerdos… Esto quiero que quede bien claro lo que dije, de Aldo, el incentivo mío, la ayuda y el respaldo que yo tenía era él. No tenía otro respaldo. Pese a todo, tenía a todos en contra mía que me fuera de BMW: hasta mi padre en aquel entonces decía “No te conviene irte”. Eran personas muy conservadoras. Yo también porque estaba acostumbrado a eso, pero yo decía “Me tengo que ir porque tengo que probarme, y bueno Aldo fue el que me llevó a todo esto y me ayudó muchísimo. Tal es así que yo tengo un banco principal de trabajo –que me lo obsequió él– que todavía está en el taller. Está nuevito. Es el que uso para hacer los motores y demás. Lo tengo como recuerdo y lo sigo usando hasta el día de hoy.
¿Cómo conseguiste tus autos?
Con mucho sacrificio y trabajo. Siempre quise mis autos. Siempre los busqué, y a veces pagué precios que no valían. Pero trabajé mucho para eso, muchísimo. El que más recuerdo es mi primer BMW E21, que era color negro, tapizado blanco. Lo compré con 12.000 km, y lo usé 150.000 km más. Lo vendí como nuevo. Después tuve 320i. Tuve un montón, pero ninguno como ese hasta que llegue a la coupé.
¿Qué otro BMW te gustaria tener?
Ninguno. Sólo el que tengo y el que quiero hacerme ahora que es el 2002 y ningún otro.
¿Cuál de todos los BMW que atendiste es el que mas recordás?
El que más recuerdo, el que más me dió placer es un 2002. El 2002 de Eduardo Gómez, que no es el que tiene en este momento, sino que es el anterior. Revisamos como 17 “be-emes”, para comprar uno rojo que a él le parecia que no. De tantos autos que había visto estaba aburrido. Y un día me trajo uno por traérmelo y le dije “Comprate este, que este auto esta buenísimo” y él “No, que está feo” y yo “Vos comprate este auto”… y bueno… lo hicimos de cero, a nuevo. Es un auto que hoy por hoy lo tiene una persona de afuera que está muy contenta con él. Es el que me quedó grabado. Y camina muchísimo..
¿Cuál es el mantenimiento básico de un BMW??
Depende. Si estamos hablando de los autos aspirados no inyección a carburador, es un auto que lleva un mantenimiento seguido. Hay que controlarlo mucho porque son motores aspirados, con carburador. Se ensucian las bujías, hay que cambiarlas más a menudo y son autos que llevan más mantenimiento que un auto moderno, pero son más lindos y me parece –no sé si es por mi edad o qué– pero es un auto que es más confiable, mucho más confiable que un auto moderno.
Yo por mi parte, porque en este país con un auto moderno que es inyección y con computadoras y todo lo demás, querés ir a un lugar lejos, querés ir confiado, ir y llegar, y tu con un auto que sea aspirado que sea a carburador con un distribuidor común y con una bobina como la mayoría de los autos, te vas a quedar y lo vas a solucionar. Vas a solucionar el problema y vas a ir y llegar. Sin embargo con un auto nuevo, si te pasó algo vas pero no lo arreglás ni que seas el mejor de los mecánicos. Y vas a tener que traerlo a remolque en una chata o lo que sea, porque no es fácil si no tenés herramientas que te digan lo que tiene el auto. No volvés. Por eso para mí, es mejor un auto aspirado, común y viejo, para hacer un viaje largo. No dejo de reconocer que todos los autos nuevos tienen una comodidad 10, 20, 100 veces mayor que un auto viejo de todo punto de vista, porque la tecnología avanzo muchísimo. Pero no confiable como un auto aspirado.
Qué preferís ¿los BMW modernos o los viejos?
¡Los viejos! Por eso cuando ustedes me dijeron un día “queremos que estés en este club”, entiendo que los autos modernos son divinos, es un placer andar en ellos, pero no es así para mí. A mí me gustan los autos más bien viejos, me gustan, nació conmigo eso y me gusta eso. Me gustan también los modernos, pero es un placer diferente. No será porque no me traen recuerdos…
¿Tu familia te acompaña en esta pasión?
Sí, todos. No sé si será porque mis hijas desde el principio vivieron todo eso conmigo, la siguen viviendo mi señora, mis hijas, mi yerno, todo el que se arrima al lado mío tiene BMW o trato de que lo tenga. Busco la manera. Mis vecinos, mis amigos… todos trato de que tengan BMW. Como sea, le busco la vuelta para que los tengan. Más viejito, más nuevito, los que puedan que tengan BMW. Todos los que yo quiero, todos mis amigos, ¡que todos tengan BMW!
Rubén Canedo es uno de los dueños de Automecánica Corsa. Comenzó a trabajar en Camur S.A. a los 17 años y no ha parado, dedicando su vida a la marca BMW. Ha tenido una gran variedad de BMW y actualmente posee un E30 325i Cabrio.
¡Qué bueno leer la historia de Ruben! Un crack.
Todavía recuerdo cuando mi padre me mandaba a buscar algún auto al local de la calle Gestido y Ruben lo salía a probar. Esas pruebas eran clases magistrales de manejo, en un instante hacia Avda Brasil para arriba, Bvar Artigas para abajo, doblaba las canteras del parque rodó en un hilo y vuelta para el taller. Yo quedaba pasmado de lo bien que tomaba las curvas con total precisión (y como trompada), lo bien que enganchaba los cambios, la calidad con la cual rebajaba.
También recuerdo ir a rogarle que le sacara la traba de 6500 vueltas a algún 320, y su respuesta siempre era “Le vas a destrozar el auto a tu padre. No se la saco”, y ahí me convencía de que le había hecho algo en el afinado para que camine más, y allá salía yo contento. Ante alguna macana (pavadas… como algún carter roto, jaja) calmaba a mi viejo, le decía que no era nada, y luego cuando aparecía yo me decía: “¡Boh… que hiciste anormal!”
Un gran tipo, mi padre (Washington) lo apreciaba muchísimo, y yo también.
Me encanta leer estas historias de mi padre! Nunca dejan de sorprenderme! Sigan escribiendo y compártanlas.
saludos a todos!
Mariana Canedo